martes, 23 de diciembre de 2008

Navidad en pedacitos



Este año será una Navidad diferente. Diferente porque ahora mi familia está hecha pedacitos, ya llegó la época en la que veo a mis padres ya grandes, a mis hermanos disfrutando con sus familias y a mi nuevo núcleo familiar compartiendo el día dividido, un rato con “mi familia” y otro rato con “tu familia”.

Es una época que te trae buenos recuerdos pues puedes sentarte con tus padres y recordar todas las travesuras que solías hacer en estas épocas, las veces que te quemaste, cuando veías las caricaturas de Navidad desde las 7 de la mañana, cuando aprendiste a sostener las estrellitas por sí solo o cuando aún los volcancitos te llenaban de alegría porque era lo más esperado de la Navidad.

Y de todo eso lo que queda es: recuerdos. Pero al mismo tiempo es una época que trae momentos de satisfacción porque al recordar puedes retroceder y revivir todos los retos que como niño, joven y ahora adulto hemos pasado, para llegar a este fin de año.


Mi familia ahora es muy diferente, las 3 hembras ya nos fuimos de la casa pues todas estamos felizmente casadas. Katya casada con Jesús pues está en el cielo, Adriana dejó de ser “Durán” para ahora ser “Moore” y yo que también tengo ahora otra familia: los “Cristales”.

Sí es triste porque no podes pasar tanto tiempo en casa como antes, aún más cuando en la casa ya no hay nadie pero al mismo tiempo se dibuja una sonrisa en el rostro cuando Dios llena ese vacío. Mis papas ahora se disfrutan solitos, platican y esperan a sus hijos y a su única nietecita llegar a darle vida a la casa; yo por otro lado, aprovecho el tiempo cuando el cuartel le permite a mi esposo disfrutar de su familia; y mis hermanos, como todo joven, salen, pasean y disfrutan de viajar.


En Navidad del 2009 Maria Fernanda ya estará más grande, ya podrá balbucear “Feliz Navidad” y sin embargo, la historia de este año se repetirá: cada nueva familia en su ritmo, solo extrañando la antigua forma de celebrar la Navidad.

Hasta ahora, doy gracias a Dios porque aunque estamos separados físicamente, estamos unidos espiritualmente. Mi oración es que El nos regale salud, paz, prosperidad y gozo para aprender a disfrutar de la vida así como El ha querido.

No dudo que volveremos a encontrar el punto en el que nos juntemos los 6 otra vez, tal vez ya no sea en una cena de Navidad sentados en nuestra vieja mesa de comedor, pueda ser que ya no sea una mañana de cumpleaños a las 5:30 am para cantarle al cumpleañero, quizás ya no podamos ir todos juntos en un mismo carro a la iglesia pero si de algo estoy segura es que en el cielo sí estaremos todos juntos, nos veremos y celebraremos muchas de muchas Navidades juntos, por todo el tiempo que estemos con el Todopoderoso.

Que así sea!

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